Microorganismos marinos
Mas del 99% de los seres microscópicos son aún desconocidos para la ciencia a pesar de que muchos podrían ser útiles en la lucha contra el cáncer y otras enfermedades. En realidad, hay tantas especies que resulta difícil hacer un cálculo sobre lo mucho o poco que sabemos de ellas.
“En los puertos del océano hay una enorme diversidad de microorganismos y tan sólo conocemos una minúscula parte de ella”, explica el microbiólogo marino y coordinador del proyecto Hongos Marinos, Johannes Imhoff.
Estos científicos, que trabajan en un proyecto de investigación europeo, bucean para obtener muestras en aguas poco profundas de todo el mundo. Las algas y las esponjas contienen muchísimos microorganismos que les sirven de protección contra las amenazas del medio.
“Más del 40% de la biomasa de las esponjas son hongos y bacterias, así que representan una gran biodiversidad de microorganismos que podemos aislar en el laboratorio para producir compuestos bioactivos”, dice Imhoff.
Denis Loctier, euronews:
“Ya hemos cogido del mar esponjas con microbios. Ahora, ¿cómo las convertimos en medicamentos?”
“Ya hemos cogido del mar esponjas con microbios. Ahora, ¿cómo las convertimos en medicamentos?”
En el laboratorio los investigadores recogen los hongos de la muestra y los ayudan a crecer. Los hongos producen de forma natural compuestos bioquímicos que podrían matar otras células, como las cancerosas.
“En el laboratorio tenemos que recrear las condiciones naturales de estos microorganismos para que produzcan los compuestos que necesitamos. Les proporcionamos la temperatura adecuada, los mismos niveles de PH, nutrientes y entorno biológico”, explica Antje Labes, biotecnóloga marina.
La espectrometría ayuda a observar compuestos que no han sido estudiados hasta el momento. Si resulta que poseen propiedades bioactivas podrían emplearse en medicina.
“Los hongos pueden ser muy beneficiosos para la salud. La penicilina podría ser un buen ejemplo, pero también hay algunas cepas de hongos marinos que son activas contra lineas de células cancerosas”, dice el farmacéutico Jan Oesterwalbesloh
Para probar las propiedades bioactivas, los compuestos aislados se mezclan con células cancerosas vivas y el líquido indicador cambia de color si las células del tumor mueren”.
“Si el compuesto mata las células cancerosas en estos minitubos el color cambia de azul a rosa. De esta forma podemos descubrir qué compuestos tienen efectos antitumorales” muestra la asistente técnica en la investigación microbiológica, Arlette Erhard.
Hasta el momento, los investigadores han aislado cientos de nuevas cepas de hongo, han analizado miles de extractos y secuenciado tres genomas, seleccionando varios de ellos para futuros estudios clínicos.
“Si uno mira atrás, hace unas décadas, el cáncer era una gran amenaza para la humanidad. Hoy en día tenemos muchos métodos para tratarlo. Podemos tratar algunas de sus variantes con métodos de probada eficacia, seguimos mejorando estos métodos y creo que avanzaremos mucho más en los próximos 10 – 20 años”, dice Imhoff.
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